En diálogo con la banda berazateguense “Alma Ombú”. Lucas Franco en guitarra, Esteban Ayala en bajo, Tobías Franco en batería y Augusto “Tuti” Campos en guitarra y voz.
¿Cuál es su historia?
Lucas: La banda nació hace cinco años. Tobi y yo somos hermanos, y Esteban es nuestro primo. A Tuti lo conocemos desde chiquitos porque es del mismo barrio. Con Esteban y Tobi teníamos un power trío con muchas influencias de Divididos, y por otro lado, Tuti tenía su banda. En un momento la dejó y quedó mucho tiempo sin tocar. Una noche, entre copa y copa, le dijimos que no podía quedarse así, que nosotros lo segundeábamos y que nos juntáramos al menos a zapar sus canciones. Y así fue que nos empezamos a juntar los domingos a la noche, más para boludear que otra cosa, hasta que vimos que el asunto fue tomando forma, las canciones sonaban, y había una muy linda química entre todos. Empezamos a hacer nuevos temas y un día salió de tocarlas en vivo. Cuando nos quisimos dar cuenta, Alma Ombú ya era un proyecto musical.
¿Quiénes los influyen musicalmente?
Esteban: Me gusta mucho Soda (Stereo) y todo lo que Cerati hizo como solista. Tuti escucha mucho rock nacional, pero también cantautores como Silvio Rodríguez o Jorge Fandermole. Lucas es un oyente atento de las guitarras de U2; Tobi, desde muy chico, arrancó escuchando Divididos y tocando temas de ellos en la bata. Hay muchas influencias que al toque se pueden notar cuando escuchás los temas de la banda.
Tuti: A nivel literario, creo que también hay algunas influencias. Me gusta mucho la poesía. Siempre estoy leyendo a Juan Gelman, a Benedetti. Me gusta mucho Girondo o el mismo Armando Tejada Gómez, Cortázar. Y sumado a eso, por la carrera que estudié, leí muchos años textos y libros de sociología. Todo eso influye fundamentalmente a la hora de escribir.
¿Cómo se da el proceso de composición de sus canciones?
Tuti: En cuanto a lo que inspira, hay de todo. Situaciones, experiencias. La idea es que la canción pueda ir creando un cuadro con retazos de sensaciones. Las temáticas son diversas y en general se entremezclan. Quizás, un mismo tema puede hablar del amor o del miedo y a la vez es una denuncia a algún aspecto que consideramos injusto de esta realidad.
¿Qué aspectos, de ustedes mismos y los demás miembros, sienten que suman a la banda?
Tuti: Mi aporte principal es la composición de canciones. Me gusta escribirlas y hacerlas. Trato de que sea todo el tiempo que pueda. Creo que “el Negro Esteban nos aporta la disciplina musical, es casi nuestro maestro de orquesta, el que está atento a las armonizaciones de los coros y de los instrumentos de cuerdas. Lucas es “el violero”: tiene un virtuosismo que le tirás un colchón de dos o tres acordes y el tiempo vuela. Pasa algo similar con Tobías: es muy virtuoso en su instrumento y siempre está estudiando, con profe o por su cuenta. Es al que más loco volvemos, porque todo el tiempo le estamos tirando ideas para la batería que las caza al toque. Lo lindo es que todo eso funciona en conjunto. El talento de cada uno sirve, en tanto y en cuanto se pone en función de la canción.
¿Viven de la música?
Tobías: No, pero me gustaría. Estoy prácticamente desocupado. Cada tanto sale alguna changuita y trato de hacerla. Paralelo a eso, doy clase de batería y apunto a la música porque, básicamente, en lo personal, es parte de mí vida y me apasiona mucho.
Lucas: No, pero vivo con la música. Me ayuda a relajar, a liberarme, descargarme y llenarme de energía a la vez, un cable a tierra.
Tuti: Yo creo que, más que de la música, vivo gracias a la música. Me mantiene vivo, en el sentido que es el espacio donde me proyecto y me realizo junto con mis compañeros de banda. Pero bueno, económicamente tengo que resolver mi situación por otro lado. Me gustaría que también la música sea en parte un sustento económico pero sólo por el hecho de que me permita poner toda la energía ahí. Uno puede generar recursos económicos a través de la música de muchas formas: dando clases, siendo cesionista, etc. Pero bueno, nuestra apuesta es que sean nuestras canciones las que nos den esa posibilidad.
¿Qué mensaje quieren dar a través de su arte?
Tuti: Fundamentalmente, la idea es abrir sentidos. No sé si la intención es tanto brindar un mensaje cerrado y listo para ser consumido por otro, sino que se termine construyendo junto con la interpretación de quien escucha. Vivimos en un sistema que, a través de la propaganda, otorga mensajes cerrados, casi autoritarios; un sistema que dice que hay sólo una manera de habitar y de pensar el mundo. Y nosotros entendemos que quizás nuestro aporte artístico pasa justamente por romper esa monotonía de significados, lograr que una canción dispare nuevas preguntas y habilite formas de pensar otros mundos posibles.