Por SERGIO BERENSZTEIN
En 2021, Juntos por el Cambio (JxC) consiguió un triunfo contundente en las elecciones legislativas. Obtuvo el 43% de los votos a nivel nacional, seguido por el Frente de Todos (FDT), que se ubicó ocho puntos por detrás, con el 35%. Este caudal de votos le permitiría estar cerca de un triunfo en primera vuelta en las presidenciales de 2023. Además, el peronismo perdió el quórum propio en el Senado, lo cual recalibró el escenario político. El oficialismo no controla ninguna de las dos cámaras y está obligado a negociar cada iniciativa. Precisamente por eso el Congreso está prácticamente paralizado.
Por el momento todo indicaría que el oficialismo no está logrando recomponer su capacidad electoral. De hecho, parece ahora más debilitado que en noviembre de 2021, cuando se celebraron los comicios legislativos. Según datos de D’Alessio IROL – Berensztein la imagen positiva del presidente Fernández es de apenas el 22% (representa la cifra más baja desde que llego a la Casa Rosada). El mandatario se encuentra asediado por múltiples problemas para los que no encuentra salida, en especial la inflación, que en abril fue del 6%, marcando un acumulado del 58% en los últimos 12 meses (la cifra más alta en 30 años).
El oficialismo también enfrenta problemas políticos mayúsculos. Las peleas internas generan un desgaste constante y la diferencia de criterios obstaculizan la gestión. Estas diferencias quedaron de manifiesto, con los idas y vueltas por las retenciones a las exportaciones y con la renuncia de Roberto Feletti. El ahora ex Secretario de Comercio Interior dijo haber dado un paso al costado para que «Martín Guzmán tenga libertad para seleccionar funcionarios y funcionarias que compartan el rumbo definido y el programa fijado».
Por todos estos factores, JxC tiene razones para ilusionarse. Tal y como está dispuesto el escenario actual, nadie puede negar que la oposición tiene altas chances de llegar a la Casa Rosada en 2023. De hecho, el peronismo no cuenta hoy con candidatos competitivos para la contienda presidencial. Alberto Fernández sería el candidato natural para ir en búsqueda de la reelección, pero se encuentra desgastado y deslegitimado internamente. En la vereda de enfrenta, JxC tiene múltiples candidatos, con perfiles diversos, validados por distintos sondeos de opinión pública.
Alguien podría afirmar que JxC prefiere no presentar su programa económico por temor a que una mejora en las expectativas favorezca al actual gobierno (como ocurrió parcialmente al final del mandato de Cristina) y esto reduzca sus chances electorales. Sin embargo, todo indica que dicho plan por ahora no existe, al menos no con la consistencia y los consensos internos necesarios. Lo que se percibe es el comportamiento inverso: con los vaticinios de que la inflación llegará al 100% y las advertencias de que será necesario reperfilar la deuda en pesos, lo que la oposición está generando es un entorno para que la crisis corra riesgo de profundizarse antes del cambio de gobierno. No solo no se presenta un plan económico que permita revertir las expectativas, sino que además hay actitudes no cooperativas que podrían precipitar mayores dificultades.