Como todos saben, en este 2019 los ciudadanos decidirán si quieren seguir apoyando las políticas de Cambiemos u optarán por alguna otra alternativa. Por ello este año es clave para el Gobierno, tanto nacional como provincial y municipal. Si bien uno de los ejes de gestión de Mauricio Macri en Nación, María Eugenia Vidal en el territorio bonaerense y Martiniano Molina en Quilmes, han sido las obras públicas; precisamente en nuestro distrito varias han causado más de un dolor de cabeza a los vecinos.
Una de ellas es la ampliación de la Avenida Mitre, que une Berazategui con Ezpeleta, que si bien hoy luce renovada, los trabajos estuvieron paralizados en más de una oportunidad y los lugareños, y sobre todos los comerciantes –quienes en su momento denunciaron una fuerte baja en las ventas- fueron los que pagaron las consecuencias. Pero este no fue el único inconveniente que sufrieron los ezpeletenses a causa de la falta de previsión por parte del Gobierno que conduce Martiniano Molina. En esta oportunidad se trata del bajovías de Smith, que tras las lluvias de la semana pasada quedó inundado, por lo que tuvo que ser cerrado al tránsito durante más de tres días.
En ese marco, cabe destacar que no es la primera vez que dicho túnel se inunda. Fue a fines de septiembre último cuando un hombre quedó atrapado con su camioneta cuando intentaba cruzar durante una tormenta, y logró salir por la ventanilla; mientras que personal de Defensa Civil pudo rescatar el vehículo.
Sin embargo, ni el año pasado ni a fines de enero, hubo explicaciones por parte del Ejecutivo comunal de la obra que costó más de 150 millones de pesos.
Estos “inconvenientes” llevan a recordar las palabras del intendente Molina al inaugurar, a fines de septiembre de 2017, junto al ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, el paso bajo nivel de Smith y Hernández. “Estamos cambiando Quilmes; porque empezamos las obras y las terminamos”, sostuvo el Jefe Comunal en aquella oportunidad.
Y es que, como todo dirigente o funcionario de Cambiemos, Molina sigue al pie de la letra el discurso que enfatiza que “antes no se hizo nada” o “no finalizaban los trabajos”. Esta última premisa podría tomarse como cierta para el caso del bajovías, ya que las gestiones para el paso se hicieron durante la gestión del antecesor de Molina, Francisco Gutiérrez. La obra se licitó en noviembre de 2013 y se adjudicó en agosto del año siguiente. Un mes más tarde comenzaron los trabajos. Y si bien el plazo de ejecución era de 540 días, en octubre de 2015 se pospuso la obra luego de que la empresa contratista notificara la imposibilidad de continuar debido a interferencias.
Ya con el cambio de gestión, Molina aseguraba que al asumir en diciembre de 2015 se encontró con apenas el 13,55 por ciento de la obra realizada. Finalmente, en agosto de 2016, el Municipio firmó un acta acuerdo con la empresa, lo que permitió ampliar el monto de contrato y en septiembre se reanudaron los trabajos.
Es por ello, que intendente, se adjudica esta obra y con razón. Lo que cuesta entender es como la construcción de un túnel, que costó 165.389.571, 87 pesos se inunde con las lluvias, sobre todo cuando a mediados de noviembre último –tras la inundación del cruce en septiembre- el Municipio informaba que por tiempo indeterminado iba a permanecer cerrado el paso bajo nivel de la calle Smith, debido a unas serie de reparaciones que serían llevadas a cabo por la misma empresa que tuvo a su cargo la construcción del mismo.
En ese sentido, son varios los quilmeños que tras la última inundación del bajovías, y cuyas imágenes invadieron las redes, lanzaron duras críticas haciendo hincapié en que si la obra estuviese bien hecha, no se registrarían estos inconvenientes.
Más quejas
Tampoco fue la primera vez que el gobierno que conduce Martiniano Molina recibe quejas tanto de inundaciones como así también tareas y obras bien realizadas.
Durante el último invierno, varios fueron los barrios donde los vecinos padecieron la falta de trabajos por parte del Gobierno municipal y en consecuencia, las inclemencias del tiempo. Algunos de ellos fueron Villa Itatí, La Cañada, La Matera, San Francisco Solano, Los Eucaliptos, Sayonara, Villa del Monte Matadero, La Sarita, La Florida, El Emporio, la zona Ribereña, Barrio la Unión y Barrio Kolynos. Todos del oeste quilmeño, un sector casi olvidado por Molina. En aquel momento, según los relatos de referentes sociales de cada barriada, la situación se agravó el gobierno municipal y el provincial suspendieron la limpieza de los arroyos.
En ese marco, no hay que dejar de lado a la oposición. «Los quilmeños ven en Martiniano un tipo simpático pero esto no se ve reflejado en la gestión porque se paga el costo de la inexperiencia, y de no conocer el distrito…”, había manifestado hace unos meses un concejal durante una entrevista radial.
Son varios puntos los que “hacen agua”, en la gestión más allá de las inundaciones… la basura, la seguridad, las horas extra, son algunos de ellos. Por tal motivo, si bien algunos allegados al oficialismo se muestran “confiados” por la gestión de cara a las próximas elecciones, otros están preocupados.