Este fin de semana llega a Avellaneda una exposición de Tatuajes con entrada libre y gratuita, donde recibirán a los mejores tatuadores del país y del extranjero. A su vez, te contamos sobre los orígenes de esta forma de expresión tan popular y antigua.
Este sábado 13 y domingo 14 El Parque la Estación (Güemes al 100) recibirá a más de 200 tatuadores de todo el país que se enfrentarán en competencias de más de 16 categorías. «Expo Tattoo art» ofrece también la presencia de diversos stands donde se comercializarán insumos, indumentaria, accesorios, un sector gastronómico y más.
Un poco de la historia de los tatuajes: su origen y significaciones
Los tatuajes son una forma de arte corporal que ha existido durante miles de años. Su historia se remonta a civilizaciones antiguas de todo el mundo, y ha evolucionado a lo largo del tiempo para convertirse en una expresión de identidad, creatividad y cultura.
Estas obras de arte que se realizan sobre la piel eran muy comunes en los hombres prehistóricos, hasta se utilizaban como protección mágica, ya que se creía que tenían poderes curativos y podían alejar a los espíritus malignos. Sin embargo, con el paso del tiempo, estos símbolos y marcas en la piel comenzaron a resignificarse y a tomar un sentido no tan bien visto.
Se cree que los primeros tatuajes se realizaron hace más de 5.000 años en el antiguo Egipto. Se han encontrado momias con tatuajes en sus cuerpos, lo que sugiere que los egipcios utilizaban esta forma de arte como parte de rituales religiosos o como símbolo de estatus.
En otras partes del mundo, como Asia, los tatuajes también tenían un significado especial. En Japón, por ejemplo, los tatuajes eran utilizados por la mafia japonesa, conocida como yakuza, como un símbolo de pertenencia y valentía. Estos tatuajes, conocidos como irezumi, eran elaborados diseños que cubrían grandes áreas del cuerpo.
En la Polinesia, los tatuajes tenían un profundo significado cultural y espiritual. Los maoríes de Nueva Zelanda desarrollaron el arte del tatuaje facial conocido como moko, que representaba la identidad y genealogía de una persona. Los diseños de moko eran únicos para cada individuo y contaban la historia de su linaje.
A medida que los europeos comenzaron a explorar el mundo en los siglos XV y XVI, se encontraron con las prácticas de tatuaje de diferentes culturas. Muchos marineros europeos se tatuaron como recuerdo de sus viajes, y así se popularizaron los tatuajes en Europa.
Sin embargo, durante muchos años, los tatuajes fueron estigmatizados en la sociedad occidental y se asociaron con grupos marginales, como criminales o marineros. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, los tatuajes comenzaron a ganar aceptación en la sociedad, especialmente entre los artistas y bohemios.
En las últimas décadas, los tatuajes se han convertido en una forma de expresión personal y artística ampliamente aceptada en muchas culturas. Las técnicas de tatuaje han evolucionado significativamente, con la introducción de máquinas eléctricas y tintas de alta calidad que permiten a los artistas crear diseños intrincados y detallados. Precisamente en 1891 se inventó el tatuaje eléctrico, técnica novedosa que convirtió a Estados Unidos en el centro mundial del diseño tatuístico.
Por entonces, convictos y desertores eran tatuados con fines idénticos a los que se seguía en el marcado del ganado. Técnicas que aplicaron en la primera mitad del XX, los nazis en sus campos de concentración, y los soviéticos en sus gulags siberianos.
Hoy en día, los tatuajes pueden representar una amplia gama de significados y simbolismos. Algunas personas se tatúan para honrar a sus seres queridos, expresar su creatividad, celebrar su cultura o simplemente embellecer sus cuerpos. Los tatuajes también se utilizan como forma de protesta o para difundir un mensaje político o social.
En resumen, la historia de los tatuajes es larga y diversa. Desde sus orígenes en las antiguas civilizaciones hasta su aceptación generalizada en la sociedad actual, los tatuajes han evolucionado para convertirse en una forma de arte única que permite a las personas expresar su individualidad y contar su propia historia en sus propios cuerpos.