El pasado 26 de junio se cumplieron 33 años de uno de los actos más sombríos durante la dictadura militar en Argentina. Se trató de la quema de libros del Centro Editor de América Latina (CEAL), un hecho grave que ha sido objeto de diversas notas periodísticas a lo largo de los años. Sin embargo, tanto los vecinos como el gobierno municipal, junto al reconocido escritor y periodista Mempo Giardinelli, se aseguraron de no dejar pasar por alto este triste aniversario.
El municipio se unió al grupo cultural La Grieta para conmemorar el evento en un acto realizado en la calle Ferré, entre C. Larralde y Lucena, donde tuvo lugar la quema de más de cinco toneladas de libros. Una gran cantidad de vecinos, jóvenes del programa Envión local y funcionarios municipales se congregaron en el lugar. Durante el acto, se presentó un show musical y se realizaron demostraciones alusivas, mientras se escuchaban los testimonios de quienes vivieron aquel trágico suceso.
Uno de los testimonios más conmovedores fue el de Amanda Toubes, responsable de la Enciclopedia Joven que fue quemada en su totalidad. Hoy en día, Toubes es docente en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Ella recordó a la CEAL, dirigida en aquel entonces por el editor Boris Spivacow, como un lugar de intenso trabajo, pasión, discusiones, risas y lágrimas. Compartió su recuerdo de la quema con los presentes, rememorando cómo toneladas de libros fueron trasladadas en camiones desde el depósito que alquilaba la editorial hasta el baldío de Ferré, entre Larralde y Lucena, para ser incinerados.
Durante el evento, el secretario de Gobierno municipal, Pablo Vera, elogió el trabajo de los empleados del CEAL y destacó la perseverancia de los miembros de La Grieta en mantener viva la memoria de este trágico episodio. Asimismo, manifestó su orgullo de formar parte de un proyecto de país que busca recuperar la memoria, la verdad y la justicia. Finalmente, hizo un llamado a difundir esta historia para seguir manteniendo viva la memoria colectiva.
Como cierre del acto, se descubrió una placa con el lema «Más libros para más», como símbolo de que la memoria sigue encendida en el lugar donde ocurrió la quema, ahora ocupado por una fábrica.
Paralelamente, el reconocido escritor Mempo Giardinelli dedicó un artículo en un periódico nacional para recordar este triste suceso. Giardinelli destacó que aquel 26 de junio de 1980 está en la memoria más dolorosa de Argentina y expresó su deseo de recordar lo sucedido. Describió la escena de aquel día frío y gris en Sarandí, partido de Avellaneda, donde se observaba cómo camiones cargados con 24 toneladas de libros entraban y salían de un gran depósito ubicado en las calles OHiggins y Agüero (hoy Crisólogo Larralde).
En silencio, suboficiales, soldados y policías vaciaban lentamente el depósito bajo la atenta mirada de oficiales del Ejército Argentino, algunos de ellos muy jóvenes. Giardinelli también recordó a Boris Spivacow, respetado matemático de 65 años e hijo de inmigrantes rusos, quien había sido gerente general de Eudeba (Editorial de la Universidad de Buenos Aires) y había logrado posicionarla en un lugar destacado gracias a sus colecciones de alta calidad a precios accesibles.
Es reconfortante constatar que la memoria sigue encendida y viva, incluso en los barrios de la ciudad. El recuerdo de la quema de libros en Sarandí se mantiene vivo como una advertencia de los horrores de la dictadura y un llamado a preservar la libertad de expresión y la importancia de la cultura en nuestra sociedad.