Los bomberos voluntarios de Ranelagh siguen sin respuesta

A pesar del trabajo que vienen realizando desde el 2017 aún no consiguen la habilitación del cuartel. El pasado lunes 4 de noviembre le enviaron una carta al recientemente electo intendente de Berazategui Juan José Mussi.

El pasado lunes 4 de noviembre, los integrantes del cuartel de bomberos voluntarios en formación de Ranelagh enviaron una carta al recientemente electo intendente Juan José Mussi, con la intención de informarle acerca de la situación actual del destacamento.

El trabajo del futuro cuartel comenzó en enero del 2017 cuando un grupo de bomberos voluntarios de la ciudad se reunieron con el fin de formar un espacio propio para no tener que depender de otras localidades.

A pesar del trabajo constante que vienen haciendo, y de tener todo listo para comenzar a funcionar, a más de dos años de esa fecha el destacamento todavía no cuenta con la habilitación necesaria para prestar servicio.

Consultado por Nueva Época, Walter Pereyra, bombero y principal impulsor de la iniciativa, afirmó que solo falta la firma del Municipio y que no entiende la negativa del mismo ya que ello no significa gastos extras de su parte: “Los subsidios a los bomberos llegan vía provincia y nación. Algunos municipios les pagan a los cuarteleros, que son aquellas personas que hacen guardia y atienden el teléfono, pero nosotros les dijimos que si eso era un impedimento para la habilitación del cuartel, nos arreglábamos igual sin ese sueldo”.

Desde que el grupo de bomberos voluntarios vecinos de Ranelagh comenzaron a trabajar en el proyecto, varios incendios ocurridos en la ciudad parecen darles la razón: el 26 de octubre del año pasado, la pizzería El Surtidor, ubicada en frente de la estación de trenes, sufrió un incendio que se desarrolló sin control durante media hora, tiempo que tardaron en llegar los bomberos de Gutiérrez cuando, según sus integrantes, el tiempo de respuesta del proyectado cuartel de Ranelagh hubieran sido alrededor de cinco minutos.

En agosto de este año, este periódico publicó un caso similar. En esa ocasión, Pereyra afirmó que “desde que empezamos a armar el cuartel hubo siete muertos. Podría ser más grave y lamento que no podamos hacer nada porque son muchas las vidas que se ponen en juego”.