Mirar compulsivamente el celular es una adicción que afecta a la mitad de los argentinos

Uno de cada dos argentinos revisa el celular mientras mantiene una conversación, cara a cara, con otra persona. Los datos surgen de una investigación del Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales en la Universidad Siglo 21 y se subraya que el 35 por ciento de los encuestados revisa la pantalla, en plena charla, incluso cuando no recibió ningún llamado o notificación en su celular.

Más del 50% de los argentinos afirmó que en reuniones cara a cara “se pone a chequear el celular en medio de la conversación” aunque no lo hayan llamado.

“El uso de celulares se ha naturalizado tanto, que tomamos como algo normal estar comiendo con alguien o en alguna actividad cara a cara y mirar el teléfono permanentemente, como si no tuviésemos a nadie adelante“, explicó Laura Jurkowski, psicóloga y directora del centro especializado en adicciones a internet Reconectarse.

Más del 50% de los argentinos afirmó que en reuniones “cara a cara” la otra persona “se pone a chequear el celular en medio de la conversación”, acción denominada “phubbing” y que puede convertirse en una forma de “destrato”, según un informe divulgado hoy por una universidad argentina que aborda los comportamientos vinculados con la “adicción a la tecnología”.  Esta conducta afecta tanto a los adultos como a niños y adolescentes.

La conducta de no poder separarse del teléfono, denominada “nomofobia”, se refiere a la ansiedad o miedo irracional a quedarse sin acceso a ese dispositivo.

Las nuevas tecnologías de comunicación e información (TICs) están diseñadas para captar rápidamente nuestra atención, por eso estamos continuamente a punto de distraernos.

“Si bien el celular puede ser un instrumento que conecte a las personas, existe un riesgo de que, por no poder dejar de prestarle atención en medio de interacciones sociales, uno destrate a quien tiene enfrente”, describió la investigación de la Universidad Siglo 21, que definió “destrato” como una “forma leve de maltrato social”.

“Las nuevas tecnologías de comunicación e información (TICs) están diseñadas para captar rápidamente nuestra atención, por eso estamos continuamente a punto de distraernos”, remarcó a Télam Carlos Sponton, coordinador del Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales en la Universidad Siglo 21 y coautor de la investigación.

De acuerdo con el estudio, el 57,7% de los encuestados afirmó que en conversaciones cara a cara, en el ámbito familiar y también entre amigos, “la otra persona se pone a chequear el celular en medio de la conversación”.

Uno de cada cuatro encuestados señaló sentir “un impulso interno que le obliga a utilizar esas tecnologías en cualquier lugar y momento”.

De hecho, el 35% de los encuestados reconoció que “chequea el celular aunque no haya sonado”, mientras que el 21,5% “cree que su celular ha vibrado y cuando chequea verifica que no vibró”.

“De ahí derivan conductas impulsivas y de apego extremo, poco controlado y ansioso de chequeo permanente de las redes sociales”, subrayó la investigación.

Uno de cada cuatro encuestados señaló sentir “un impulso interno que le obliga a utilizar esas tecnologías en cualquier lugar y momento”.

Esa acción de chequear permanentemente los dispositivos mientras se participa de una conversación cara a cara puede generar que el otro se sienta “ignorado o no tenido en cuenta”, sostuvo Jurkowski, por lo que recomendó “silenciar algunas alertas y notificaciones de mails y redes”.

“Hay que aprender a regular la compulsión a chequear el celular y disminuir el impulso de estar permanentemente revisando las redes”, completó Sponton.