La escena fue grabada por las cámaras de seguridad del restaurante; los ladrones se llevaron hasta las billeteras de los comensales en una bolsa
Un estremecedor robo que ocurrió en una pizzería de la localidad de Wilde, en el partido bonaerense de Avellaneda, fue grabado por las cámaras de seguridad del local. Esos registros mostraron la violencia con la que ingresaron los delincuentes, que pusieron en el piso a parte de los clientes. Incluso, a uno de ellos lo patearon en la espalda y a otro le apuntaron en la cara.
La grabación muestra cómo los tres ladrones -dos hombres y una mujer- llegaron a la pizzería con tapabocas puestos para no ser identificados. Uno de ellos, antes de entrar al comercio, se acercó a un repartidor que estaba en la puerta pronto a salir con su moto y lo hizo ingresar junto al grupo de asaltantes, con las manos arriba. Después, lo sentaron en una silla al lado de la puerta, siempre con su casco puesto.
Una vez adentro, los clientes vivieron momentos de alta tensión. Un grupo grande de comensales que se encontraba disfrutando una cena terminó con cada una de las personas inmovilizada en su silla y con las manos en cruz sobre el pecho. En una bolsa la joven delincuente colocó cada una de las carteras y billeteras de estos clientes.
Otros que estaban parados al lado de la barra fueron obligados a tirarse al piso y a uno de ellos -a quien se lo vio parado sin realizar ningún tipo de movimiento o resistencia- uno de los agresores, con una pistola en la mano, le pegó primero un cachetazo en la cabeza y luego le dio una feroz patada en la espalda para que cayera al piso.
Así, tres hombres quedaron acostados boca abajo mientras seguía el robo y el mismo ladrón que le pegó una patada al anterior cliente, le apuntó con su arma a otro que estaba en la mesa grupal, amenazándolo.
Con toda la clientela reducida, a ese mismo hombre de gorra azul, el más violento de los tres, se lo vio salir del plano que filman las cámaras de seguridad. Pareció ir a buscar la recaudación de la caja. Sus cómplices lo esperaron en la puerta y luego se retiraron. Al terminar la acción, él salió después con una mochila colgada en su espalda.