Para el próximo lunes 17 de Agosto está prevista la manifestación llamada “Banderazo”, y salvo que llueva a truene, tendrá una masiva convocatoria, mucho mayor, ciertamente, que la que tuvo cuando el caso “Vicentín” reunió al pueblo para defender la garantía constitucional del Derecho de Propiedad.
Sectores del gobierno acusan a “los ricos de Recoleta”, barrio de la vicepresidenta, y mediante una visión extremadamente miope apuntan a los partidos opositores de estar detrás de esta movilización. Hay una inmensa mayoría que no quiere, ni votó el populismo que se está imponiendo por fuerza de la fuerza, y esta mayoría está representada por el 52% que no votó a la fórmula Fernandez-Fernandez, y otro porcentaje hasta completar el 70% de los votos que no son de la Dra. Cristina Kirchner, quien debió a acudir a la ayuda del profesor de Derecho quien le aportó unos 18 punto para ascender del 30 al 48. Los propios actos dicen que ella sin Alberto no ganaba. Alberto sin ella tampoco. Su 30 puntos son valiosos.
Los votos puros de Alberto –sin Cristina-, son de sectores populistas o de republicanos?
Todos los estudios estadísticos dijeron en su momento que son de desanimados por la mala gestión de Macri, que creyeron en Alberto Fernandez como un hombre que enfrentó a Cristina cuando declaró que su gestión era deplorable y que la muerte del fiscal Nisman en Enero de 2015 no le sería ajena.
Una buena proporción de desencantados de votar en 2015 y en 2017 a Cambiemos, en 2019 le dieron la confianza a Alberto Fernandez, creyendo que haría una mejor gestión económica y que nunca podría llegar a hacer lo que ahora su jefa política le ordena: limpiarla, como sea, de todas las causas penales que comprometen a ella, a sus hijos y ex funcionarios.
La confianza al Dr. Fernandez que la población le tuvo se está desvalorizando como su palabra. Ayer dijo una cosa, que hoy desmiente y mañana tratará de instalar una nueva versión. Es una actitud impropia para un Presidente de la Nación.
Volvamos al Banderazo. Es fácil saber quién está detrás de una manifestación que no es convocada por ningún partido político, que no tiene oradores, que no admite banderas o símbolos políticos, que se hace en Recoleta y también en Córdoba, San Luis, Río Gallegos o Tartagal, y que hay un 70 por ciento del pueblo, según estadísticas de varias consultoras, que desaprueba la gestión del Cristinismo disfrazado de Alberto porque no admite el “robo” de la Constitución derribando al Poder Judicial para que haya, otros jueces arrodillados al poder. Es un signo propio de las dictaduras, los populismos, en las que ningún gobernante acepta someterse a quienes deben juzgarlos. Un pronunciamiento judicial ha impedido la revisión de los nombramientos de dos de jueces que tienen bajo su ámbito” juzgar a Cristina. Obviamente la superpoderosa que tuvo otrora la osadía de llamar jueza delívery a la Dra. Sarmiento que ordenó mantener en el Banco Central a Martín Redrado, ahora desacata el fallo judicial de la Dra. Biotti que impide tratar el traslado de los camaristas Bruglia y Bertuzzi que la están juzgando.
La Señora vicepresidenta de la Nación, ni ningún habitante puede burlarse de la Justicia, porque sin justicia no hay República, y sin República no hay protección de los derechos del ciudadano.
Cristina – ella sola -, tiene un techo electoral de aproximadamente 30 %. El 70 % que se divide entre la oposición, Alberto Fernandez y otros sectores políticos son quienes están detrás del Banderazo. Pero también están la propia Cristina por sus actitudes de querer derribar la Justicia y no aceptar el juzgamiento de actos por los que está procesada; Boudou, condenado por querer quedarse con la fábrica de billetes y reclamar ya desde su casa la pensión vitalicia de 400 mil pesos mensuales más 20 millones de retroactivos; Zaffaroni, quien se desentendió cuando fue acusado de ser dueño de departamentos donde funcionaban prostíbulos para la explotación de mujeres, y que hoy cobra 853 mil mensuales de pensión vitalicia; los miembros de una Comisión presidida por el representante de Cristina para reformar la Justicia, que debe respetarse no cambiarla a gusto; Ricardo Jaime cuyas omisiones produjeron la muerte de 51 personas; los bolsos y la metralleta de Lopez; La Rosadita; las rutas de Austral Construcciones; etc.
Son los actos que la gente ha visto y no quiere ver nunca más.
Si alguien cree que la manifestación del 17 de Agosto tiene causa política está ciego. Los verdaderos inspiradores de la expresión popular son el 70 % del pueblo que no quiere más atropellos, y los propios miembros del gobierno que desconocen la existencia de la República.