Hace más de cuarenta años, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estableció el 16 de octubre como el Día Mundial de la Alimentación. En esta fecha, se busca resaltar la importancia de crear conciencia sobre los desafíos alimentarios en todo el mundo, así como promover el uso de tecnologías para el desarrollo como una base fundamental para alcanzar los objetivos propuestos por la FAO.
Bajo el lema de este año, «El agua es vida, el agua nutre. No dejar a nadie atrás», se pone el foco en la crucial relevancia del agua para la vida de las personas. La Lic. Diana Miriam Kabbache, miembro de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), destaca que aunque es un hecho conocido que la falta de agua es incompatible con la vida, es igualmente importante considerar no solo el acceso al agua, sino también su calidad. Muchas poblaciones carecen de acceso al agua potable, y otras ni siquiera cuentan con el recurso.
Kabbache subraya: «El agua potable es Salud Pública. No solo llega a nuestro cuerpo e hidrata cada célula, sino que es un componente esencial para la higiene personal, se utiliza en la cocina y es un ingrediente en muchas preparaciones culinarias. También se usa para lavar utensilios en los que se preparan o consumen alimentos. El agua bendice los campos y de ellos brota el alimento».
Además, agrega: «Si no se potabiliza y se distribuye adecuadamente a la población, el riesgo de infecciones e intoxicaciones es constante, y ese riesgo aumenta, especialmente en individuos vulnerables como niños y personas mayores, así como en aquellos que padecen alguna enfermedad, especialmente si afecta su sistema inmunológico».
Es imperativo tomar conciencia sobre el uso responsable del agua, ya que en algunos lugares se desperdicia y se contamina. «La falta de educación y de información adecuada es uno de los factores más importantes que influyen en esas conductas irresponsables. Una política educativa que promueva el cuidado de los recursos naturales, la solidaridad y el respeto por la vida dará sus frutos con objetivos a corto, mediano y largo plazo», advierten desde la SAN.
El desarrollo de tecnologías que permitan la potabilización y distribución adecuada del agua es un paso esencial para garantizar que nadie quede excluido. La posibilidad de acceder al agua potable es un derecho, pero cada derecho conlleva un deber, que en este caso es cuidar este recurso invaluable.