Lo que comenzó como un acto de curiosidad para Lucas F., un joven de 15 años, rápidamente se convirtió en un hábito peligroso. En la escuela, decidió vapear con sus amigos, sin conocer las consecuencias negativas que esto tendría en su salud. Con el tiempo, Lucas experimentó dificultades para respirar y ataques de tos cada vez más preocupantes. Finalmente, después de acudir al médico, se le diagnosticó asma. Para él y su familia, esta noticia fue un shock, y el médico señaló al vapeo como una de las causas principales de su enfermedad pulmonar.
Un informe reciente presentado por la Secretaría de Gobierno de Salud de Argentina reveló que el 7,1% de los adolescentes argentinos de entre 13 y 15 años consumen cigarrillos electrónicos. Este dato proviene de la quinta edición de la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes (EMTJ) realizada en 2020, que evaluó por primera vez el consumo de este producto.
El vapeo, la práctica de inhalar vapor de cigarrillos electrónicos, ha aumentado en popularidad entre los jóvenes en los últimos años, lo que ha generado inquietudes en la comunidad científica. El acceso y el uso generalizado de estos dispositivos electrónicos para fumar están relacionados con riesgos para la salud de los adolescentes.
Una investigación reciente realizada por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Texas ha arrojado luz sobre uno de los riesgos potenciales asociados con el vapeo: un aumento en el riesgo de asma en adolescentes que nunca fumaron cigarrillos convencionales.
El estudio, publicado en la revista «Medicina Preventiva,» se basó en el análisis de datos recopilados entre 2015 y 2019 de una encuesta nacional de jóvenes que incluyó información sobre el uso de cigarrillos electrónicos. Los resultados revelaron una relación inquietante entre el vapeo y el asma en adolescentes que nunca habían fumado cigarrillos tradicionales. Esto sugiere que el vapeo aumenta el riesgo de asma independientemente del uso de productos de tabaco convencionales.
El Dr. Taehyun Roh, autor principal del estudio, destaca la importancia de aumentar la conciencia sobre los efectos dañinos del uso de cigarrillos electrónicos entre los adolescentes. Además, aboga por regulaciones más estrictas para controlar la disponibilidad de estos dispositivos y promover mecanismos alternativos para abordar la salud mental de los jóvenes. «Estas intervenciones son cruciales para reducir el uso de cigarrillos electrónicos y el riesgo de asma en esta población vulnerable,» afirma.
Lo que en un principio era utilizado para disminuir el consumo de los cigarrillos convencionales, resultó ser igual de nocivo en la salud pulmonar de los usuarios, aunque lo más preocupante y peligroso está en la libre venta de este producto, que en algunos casos contiene nicotina y genera adicción.
Dada la implicación del asma en la calidad de vida de los adolescentes y el aumento en el uso de cigarrillos electrónicos, este estudio proporciona información valiosa para guiar los esfuerzos de salud pública en la lucha contra el vapeo y sus consecuencias en la salud de los jóvenes. Se espera que estas investigaciones contribuyan a proteger a la próxima generación y crear conciencia sobre los riesgos asociados al vapeo en la comunidad.