La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, vuelve a ser el centro de la controversia con el anuncio de un nuevo código de vestimenta para los agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Este código, que según Bullrich busca garantizar «respeto», «seriedad» y «orden», ha desatado críticas por su naturaleza restrictiva y regresiva en términos de derechos individuales.
Una de las disposiciones más controvertidas es la prohibición del uniforme no binario, lo que impide a los agentes expresar su identidad de género de manera auténtica y libre, generando críticas de organizaciones de derechos humanos y colectivos LGBTQ+.
Además, el código prohíbe la exhibición de tatuajes con alusiones a mantener una imagen de «respeto» y «seriedad», lo que ha sido cuestionado por varios sectores como una limitación injustificada de la libertad individual.
Estas medidas reflejan la visión autoritaria y restrictiva de seguridad de la ministra Bullrich, que prioriza el orden y la disciplina sobre la diversidad y la inclusión, según sus críticos. Por otro lado, desde el Ministerio de Seguridad se defienden argumentando que buscan fortalecer la imagen y la eficacia de la PSA, garantizando un sentido de «profesionalismo» y «seguridad».