La expresión «Feliz Pascua» prevalece sobre «Felices Pascuas» debido a la singularidad y significado específico de esta festividad religiosa en el calendario litúrgico cristiano.
La palabra «Pascua» deriva del hebreo «pésah» y del griego «pascha», que significa «paso» o «salto», refiriéndose al tránsito o paso de un estado a otro. Tanto para la tradición judía como para la cristiana, la Pascua conmemora eventos de gran importancia.
En la tradición judía, la Pascua originalmente era una festividad pastoril que luego adquirió el significado de la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto. La celebración recuerda el paso del Mar Rojo por parte del pueblo hebreo hacia la libertad.
Para los cristianos, la Pascua representa la festividad más relevante del año, ya que conmemora la Resurrección de Jesús. Este evento marca el «paso» de Jesús de la muerte a la vida, siendo el corazón de la fe cristiana.
En el calendario litúrgico cristiano, la Pascua es una celebración única que ocurre una vez al año, específicamente en el Domingo de Resurrección, el cual sigue al primer plenilunio de primavera. Por lo tanto, al saludar con «Feliz Pascua», se hace referencia a esta celebración singular y trascendental.
Aunque existen otras festividades que también llevan el nombre de Pascua, como la Pascua de Navidad y la Pascua del Espíritu Santo (Pentecostés), cuando se desea «Feliz Pascua», se hace referencia principalmente a la Resurrección de Jesús.
Es importante tener en cuenta que el uso de «Feliz Pascua» en singular resalta la singularidad de esta festividad religiosa y su significado central en la tradición cristiana. Aunque «Felices Pascuas» también se emplea comúnmente como una fórmula generalizada, el saludo más preciso y adecuado es «Feliz Pascua».