Un grupo de científicas de la Universidad Nacional de Quilmes está revolucionando la lucha contra la contaminación por pesticidas, especialmente el glifosato, a través de un novedoso método basado en la biorremediación.
Este avance promete limpiar tanto el agua como los alimentos que han estado expuestos a estos productos químicos dañinos para el medio ambiente y la salud humana. El objetivo final es establecer una asociación público-privada para llevar este producto a la producción a gran escala y hacerlo accesible para la población en general.
El método, basado en enzimas, puede aplicarse tanto al agua proveniente de áreas contaminadas con pesticidas utilizada para el consumo, como a alimentos que han estado en contacto con el glifosato. «Muchos estudios indican que los alimentos que consumimos contienen niveles elevados de pesticidas. Por lo tanto, nuestra idea es contribuir a los procesos de lavado de frutas y verduras con estas enzimas biodegradables, seguras y que liberan a los alimentos de pesticidas», destacó Rojas. El producto se presenta en forma de un polvo formulado para ser añadido durante el lavado de alimentos.
La biorremediación, en este caso, implica el uso de enzimas (proteínas generadas por microorganismos) que degradan de manera natural el glifosato. A diferencia de los métodos físicos y físico-químicos de remediación, que a menudo resultan costosos e ineficientes, la remediación biológica aprovecha bacterias, hongos y plantas para transformar el pesticida en sustancias no tóxicas para el ambiente y las personas.
Argentina, como uno de los diez principales países en la agricultura a nivel mundial, ha experimentado un aumento constante en el uso de productos químicos en los últimos 25 años. Aunque estos productos han mejorado el rendimiento de los cultivos, diversos estudios han demostrado su toxicidad, que contamina el suelo, el aire y el agua, afectando a los cultivos, las áreas circundantes y a los consumidores finales.
El enfoque de las científicas de la Universidad Nacional de Quilmes es desarrollar un producto que sea amigable con el medio ambiente y económicamente viable. «Buscamos soluciones sustentables tanto para el medio ambiente como para el bolsillo de las personas. Queremos llevar este desarrollo al sector productivo y brindar a la sociedad la posibilidad de consumir agua y alimentos más saludables», enfatizó Rojas.
El equipo de trabajo incluye a becarios de la Universidad, así como a colaboradores de la Comisión de Investigaciones Científicas y el Conicet. El proyecto representa un importante avance en la búsqueda de soluciones sostenibles para un problema de contaminación que afecta a la agricultura y a la salud pública en Argentina.