Tiene más de 300 mil estudiantes, es la más importante de habla hispana y dio cinco premios Nobel. Este jueves cumplió sus dos siglos de vida con un desafío: adaptarse a un modelo mixto para llegar a más jóvenes.
Más de 300.000 estudiantes distribuidos en 13 facultades y 23 sedes del Ciclo Básico Común es la base principal de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que al llegar a sus 200 años ostenta ser la principal universidad de Latinoamérica y la única de la región que tiene cinco premios Nobel que pasaron por sus claustros.
Con un plantel de 24.000 docentes que dictan más de 100 carreras de grado y casi 500 de posgrado y que albergó en sus aulas a 18 estudiantes que terminaron siendo presidentes de la Nación, el bicentenario encuentra a la UBA entre las mejores universidades del mundo, según rankings internacionales.
Uno de los factores que se tiene en cuenta al medir su lugar entre las universidades de todo el mundo es la internacionalización de la educación que brinda. La UBA alberga a 28.000 estudiantes extranjeros y a ocho centros de cooperación internacional (Centro Franco Argentino de Altos Estudios, Centro Germano Argentino, Instituto Confucio de la Universidad de Buenos Aires, Centro Ítalo Argentino de Altos Estudios, Centro Ruso de la Universidad de Buenos Aires, Centro de Internacionalización Musical de la UBA, Cátedra Sur – Sur de la Universidad de Buenos Aires y Centro Internacional de Estudios en Ciencia de Datos).
En sus 69 Institutos de Investigación, más de 5.300 investigadores trabajan para idear soluciones creativas a los problemas cotidianos de la sociedad, en el ámbito de la salud, de las ciencias exactas o humanas. Los científicos de la UBA están agrupados en 1.800 grupos de investigación y han firmado 868 convenios interinstitucionales de cooperación para afianzar su relación con el mundo .
Su gestión basada en la autonomía universitaria y en el cogobierno forjadas por los reformistas de 1918 la constituyó en una universidad de vanguardia en la región, afianzada luego al garantizar la gratuidad a mediados del siglo pasado y luego el acceso irrestricto, con el despertar de la democracia en 1985, lo que la convirtió en una universidad masiva.
El 65% de los estudiantes que ingresan a una carrera de grado en la Universidad de Buenos Aires logra egresar, un logro que está dentro de «los estándares internacionales», asegura el rector Alberto Barbieri, quien destaca que muchos profesionales deciden desarrollarse en el exterior a raíz de «la propia internacionalización e intercambio que lograron dentro de su vida universitaria» argentina.
«La posibilidad de que muchos graduados desarrollen su tarea profesional en otras partes del mundo se dio en todas las épocas. Una de las características de la UBA es su internacionalización y el intercambio científico, lo que hace que muchos trabajen en el exterior», señala. Para el rector, «no consta que se haya incrementado la cantidad de graduados que se fueron a ejercer al exterior», y destaca que, de acuerdo a las solicitudes de reválida de títulos, «la cantidad se mantiene en sus niveles históricos».
La UBA celebra su bicentenario manteniéndose en el ranking de mejores universidades a nivel mundial.
Al referirse al proceso disruptivo que fue pasar de la presencialidad a la virtualidad, Barbieri indica que en la UBA «había entre 60 y 70.000 alumnos que ya cursaban en forma virtual a partir del programa UBA XXI». «La tecnología complementa el proceso de enseñanza aprendizaje y cuanto más avancemos en esa tecnología más mejoraremos el rendimiento del alumno», entiende Barbieri.
El rector señala que «todo esto se hizo más masivo por la pandemia, lo que no significa que un estudiante universitario pueda cursar sin la presencialidad». Para Barbieri, «(la presencialidad) es imprescindible. Vamos a aplicar cada vez más tecnología en los procesos de enseñanza aprendizaje pero la universidad tiene que ser el lugar de debate permanente de ideas, del contacto con otros estudiantes y con el profesor, en donde esta tecnología y otras que vengan en el futuro van a ayudar».
Los estudiantes, asegura, «van a ir a buscar los conocimientos en forma más rápida, pero el debate y el pensamiento crítico y plural es fundamental que se den todavía en forma presencial».