El mes de agosto presenció un alarmante aumento del 190% en los casos de COVID-19 en Argentina, lo que ha generado preocupaciones sobre la propagación de la enfermedad en el país. Si bien las cifras actuales no se comparan con los picos registrados en 2021 y 2022, la tendencia al alza es innegable.
Subvariante Ómicron Eris
Uno de los factores atribuidos a este aumento es la llegada de una subvariante del Ómicron, conocida popularmente como Eris y oficialmente como EG.5 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta variante se caracteriza por su alta transmisibilidad, lo que la convierte en un desafío adicional en la lucha contra el COVID-19.
Subregistro de Casos
A pesar de los datos alarmantes, los expertos advierten que la cifra real de casos podría ser significativamente mayor debido a que no todas las personas con COVID-19 presentan síntomas y muchas no se someten a pruebas de detección. Esto ha llevado a que algunos casos sean etiquetados como «síndromes gripales» sin un diagnóstico preciso.
Falta de Dosificación de Refuerzo
Otro factor que contribuye al aumento de casos es la falta de personas con dosis de refuerzo actualizadas. A medida que pasó el tiempo desde las primeras dosis de vacunación y disminuyeron los casos y las muertes, muchas personas no buscaron las dosis de refuerzo necesarias para mantener la inmunidad en 2023 a razón de haber encontrado efectos secundarios como la pérdida de algún sentido.
Impacto en la Mortalidad
La persistencia de la enfermedad también se refleja en las tasas de mortalidad. Desde el inicio de la pandemia en 2020, Argentina ha registrado más de 130,000 muertes por COVID-19. En septiembre de 2023, las cifras siguen aumentando, con 12 muertes en la primera semana del mes.
La Nueva Realidad
El COVID-19 sigue siendo una amenaza en Argentina y en todo el mundo. A medida que el virus circula, las personas están expuestas al contagio, especialmente en espacios cerrados y con mala ventilación. Se insta a la población a seguir medidas preventivas como el uso de mascarillas, el lavado de manos frecuente y la ventilación adecuada de los ambientes.
El mensaje es claro: la pandemia aún no ha terminado, y la vigilancia y el cuidado personal siguen siendo esenciales para mantener a raya al COVID-19 en Argentina y en todo el mundo.