Científicas de la UNQ han logrado un importante avance en el control biológico de las hormigas cortadoras de hojas. Patricia Folgarait y su equipo han desarrollado y patentado un innovador kit que proporciona una alternativa a los productos químicos tradicionalmente utilizados en el control de estas hormigas.
El kit consiste en una serie de cebos que engañan a las hormigas para que los transporten al nido sin reconocerlos como sustancias dañinas. Cada fórmula del kit contiene al menos dos agentes, uno dirigido a atacar a los insectos y otro al hongo que constituye su fuente de alimentación. Al reducir la disponibilidad de alimento, se busca debilitar y eventualmente eliminar a la reina de la colonia.
Las hormigas cortadoras de hojas son consideradas los principales herbívoros en la región tropical de América y causan daños significativos en la agricultura, estimados en miles de millones de dólares anuales. Debido a que estas hormigas construyen sus hormigueros bajo tierra, es difícil aplicar venenos o pesticidas directamente sobre ellas para lograr un control efectivo de toda la colonia.
A diferencia de los métodos químicos, el control biológico se centra en disminuir las poblaciones de hormigas por debajo del nivel de daño económico, sin eliminarlas por completo. Las hormigas desempeñan un papel importante en el ecosistema como descomponedoras de materia orgánica y contribuyen a la aireación y fertilización del suelo.
El desarrollo de este kit representa un hito significativo, ya que hasta ahora no se había utilizado el control biológico en insectos sociales como las hormigas debido a la complejidad de su estructura social y su capacidad para transmitir conocimientos entre generaciones. El trabajo de las científicas de la Universidad de Quilmes abre nuevas posibilidades para el control efectivo y sostenible de estas plagas.
Patricia Folgarait, investigadora principal del Conicet y líder del proyecto, destaca que su enfoque se basa en disminuir las poblaciones de hormigas sin erradicarlas por completo, reconociendo los beneficios que aportan al ecosistema. Su objetivo es encontrar un equilibrio para reducir los problemas causados por estas hormigas sin dañar el medio ambiente.
Este avance científico argentino es un paso importante hacia el manejo sostenible de plagas agrícolas y demuestra el potencial del control biológico como una alternativa respetuosa con el medio ambiente, además de funcionar como un eficaz método de control de las hormigas cortadoras de hojas.