La decisión del presidente Javier Milei de cerrar el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y la agencia pública de noticias argentina, Télam, ha desatado una ola de protestas y denuncias sobre un ataque a la libertad de expresión en Argentina.
Luego del anuncio del viernes pasado, donde Milei confirmó la clausura de estas instituciones, la noche del domingo la web de Télam fue inhabilitada y empleados denunciaron en redes sociales que el gobierno ordenó vallar la redacción de la agencia de noticias. Además, se informó que la policía estaba vallando tanto la sede de Télam como la del INADI.
Los trabajadores, convocados por la asamblea de Télam, tenían previsto realizar un «abrazo» simbólico a la agencia en rechazo al cierre. Sin embargo, el vallado de la redacción complicó las acciones y los empleados denunciaron que se trata de uno de los peores ataques a la libertad de expresión en los últimos 40 años de democracia.
En un comunicado, el sindicato de Prensa de Buenos Aires denunció la valladura de Télam y expresó su repudio a lo que consideran un atropello a la democracia y la libertad de expresión. En un video compartido en redes sociales, los trabajadores afirmaron estar dentro de Télam defendiendo el medio y sus más de 78 años de historia.
Por su parte, militantes de La Libertad Avanza compartieron imágenes del operativo policial, celebrando el cierre de la agencia. En sus declaraciones, el presidente Milei argumentó que la medida busca eliminar el INADI, calificándolo como «policía del pensamiento», y cerrar Télam, que según él, ha sido utilizada como agencia de propaganda kirchnerista en las últimas décadas.
La situación ha generado una profunda preocupación entre los defensores de la libertad de expresión y los trabajadores de medios de comunicación, quienes ven en estas medidas una amenaza directa a la democracia y al derecho a la información de la sociedad argentina. Se espera que las protestas continúen y que la situación genere un amplio debate en el país.