Hoy, 28 de febrero, Argentina celebra el Día del Bailarín en honor al nacimiento de Jorge Raul Itovich Donn, una figura que dejó una huella en la danza clásica del siglo XX. Nacido en El Palomar, Buenos Aires, en 1947, Donn es reconocido mundialmente como uno de los más grandes exponentes de la danza.
Iniciando su formación a los ocho años en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón bajo la tutela de la emblemática coreógrafa María Fux, Jorge Donn destacó desde temprana edad. A los 15 años, su encuentro con Maurice Béjart, una figura clave en el mundo de la danza, marcó un hito en su carrera. Fascinado por Béjart, decidió mudarse a Bruselas, donde se consagró como intérprete en la compañía de Béjart, sirviendo de inspiración para muchas de sus piezas.
En 1976, Jorge Donn asumió el cargo de director artístico del Ballet del Siglo XX y, en 1979, fue honrado con el Dance Magazine Award, el premio más prestigioso en la danza. En 1988, fundó su propia compañía, L´Europa Ballet.
A pesar de ser aclamado internacionalmente, Donn enfrentó cierto prejuicio en la sociedad argentina de la época debido a su aspecto, su estilo de vida y sus expresiones de afecto, considerados fuera de lo convencional.
Su consagración definitiva llegó en 1982 con la película «Los unos y los otros», dirigida por Lelouche, donde interpretó a Boris Itovich en el inolvidable Bolero de Ravel. Otros hitos de su carrera incluyen «Bhakti4 Nijinsky» y «Payaso de Dios». A los 39 años, se despidió de los escenarios en Madrid, interpretando el Bolero y Diva.
En 1989, fue reconocido por la Fundación Konex como uno de los cinco mejores bailarines de la historia en Argentina. Pese a su fallecimiento el 30 de noviembre de 1992 en Lausana, Suiza, a los 45 años, su legado perdura. Ciudad Jardín, su barrio natal, lo homenajea con un pasaje que lleva su nombre.