A 5 años de la causa, los acusados siguen libres mientras las víctimas esperan la fecha del juicio. El largo y lento proceso que puede involucrar una red de pedofilia que empujaba a los adolescentes a realizar favores sexuales a cambio de dinero.
La libertad de los acusados es preocupante. El ex-árbitro que está involucrado en la causa pidió mudarse en plena pandemia a Posadas, provincia de Misiones, sin justificar la razón. Lo que más llama la atención son los viajes que realizó por Bariloche y Mendoza, y hace unos días estuvo en Trenque Lauquen, la ciudad donde nació, con el fin de visitar a su familia.
Aunque en 2019 estuvo detenido en Rosario, donde le abrieron una nueva causa por grooming, en la cual citaba a jugadores menores de edad de las inferiores de Newell’s para una «sesión de masajes». ¿Hasta cuándo la justicia le permitirá seguir con los abusos?
Alberto Ponte es el nombre de otro de los involucrados que frecuentemente realiza viajes con la libertad que le otorga la justicia desviando la mirada de los antecedentes de pedofilia y abuso sexual en los que está implicado.
Tras las investigaciones por una posible “red de pedofilia”, la fiscalía solicitó la elevación a juicio de seis imputados tras dos años y medio. El juicio de Martín Bustos, Juan Manuel Díaz Vallone, Silvio Fleytas y Alejandro Dal Cin será en Lomas de Zamora. Si bien los delitos fueron en diferentes localidades (San Isidro, Avellaneda, Lomas de Zamora y La Plata) para la fiscalía correspondía unificarlos por “economía procesal” y “mejor defensa de los procesados”.
Los imputados cuentan con un mínimo de 7 víctimas abusadas cada uno, frente a esta situación, los abogados defensores argumentan que al momento, los acusados desconocían la edad de los menores. En el expediente se explica que “de ninguna manera pudieron consentir libremente, producto del estado de vulnerabilidad en el que se hallaban (…) y de la asimetría víctima/victimario”
Cabe destacar que los encuentros sucedieron entre 2013 y 2018, cuando las víctimas eran elegidas sistemáticamente por su grado de vulnerabilidad, es decir, los adolescentes con más necesidades eran captados con tal de ofrecerles dinero y ciertos bienes materiales a cambio de favores sexuales.
Si bien algunas de las víctimas se conocían entre sí y coinciden en la forma de proceder al ofrecimiento sexual, no se pudo identificar aún como una red de trata o explotación infantil, aunque se sabe que cumplen con el funcionamiento de la misma, en la cual los involucrados captan a quienes tienen necesidades económicas más grandes y una familia que se encuentre a una gran distancia, en este caso, eran los niños y adolescentes pensionados.
Lo más alarmante es que nada cambió en las pensiones durante estos últimos años, por ejemplo se identificó que en 4 clubes dejaban a los juveniles sin un adulto a cargo durante las noches, un club tenía 16 chicos en una misma habitación y en otro había una ducha para 22. Si bien la situación mejoró en algunas instituciones, no salió ninguna regulación al respecto.
Para terminar y con respecto a las víctimas, el seguimiento del juicio se tornó complicado ya que no quieren tener un grado de exposición mayor. Sin embargo, muchos de ellos volvieron a su núcleo familiar, desligandose del caso, sin interés en continuarlo; mientras que otros pudieron retomar su vida deportiva.