En los últimos días, Quilmes, junto con otras localidades del conurbano bonaerense, ha sido testigo de un fenómeno inusual pero natural: una invasión de hormigas voladoras. Estos insectos, que también han sido avistados en áreas de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, han generado tanto curiosidad como preocupación entre los residentes locales.
Las hormigas voladoras no constituyen una especie distinta de las hormigas comunes; más bien, representan una etapa específica de su ciclo de vida. Este período se conoce como «vuelo nupcial», una fase en la que las hormigas desarrollan alas para abandonar sus nidos en busca de parejas para el proceso de reproducción. Este fenómeno es típico de la primavera y el otoño, cuando las condiciones de temperatura y humedad son propicias.
Los expertos tranquilizan a la comunidad al afirmar que las hormigas voladoras no son perjudiciales ni pican, y su presencia es temporal y parte del ciclo biológico normal. «No deben generar preocupación porque no son dañinas. Es un proceso biológico normal de las hormigas, que salen a volar para aparearse y formar nuevas colonias», explicaron fuentes especializadas.
A pesar de estas garantías, algunos residentes expresaron su incomodidad ante la acumulación de hormigas voladoras en techos y áreas públicas. «Es impresionante la cantidad que hay. Parece una plaga. No sé si es normal o no, pero es muy desagradable», comentó una vecina de Quilmes Oeste.
Es importante destacar que la vida de las hormigas voladoras es efímera; los machos fallecen después de la cópula, mientras que las hembras pierden las alas y se establecen para fundar nuevas colonias. Se espera que la invasión de hormigas voladoras concluya pronto, y estos insectos regresen a sus nidos subterráneos hasta el próximo ciclo reproductivo.