Perseguir el éxito profesional y priorizar una carrera exitosa sobre el bienestar personal puede tener un alto costo para la salud mental. La sobreexigencia, una búsqueda constante e insatisfecha de logros en el trabajo, puede dar lugar a problemas como ansiedad, depresión, insomnio y estrés.
La experta en bienestar y educación financiera, Manisha Thakor, señala que esta valoración basada en logros y elogios crea un «culto de nunca es suficiente», lo que puede llevar a una obsesión insalubre con el trabajo y afectar tanto la salud mental como física.
La sobreexigencia puede tener sus raíces en experiencias pasadas no resueltas, especialmente en entornos como la escuela, la familia y el trabajo. Las personas que se someten a metas inalcanzables a menudo experimentan ansiedad social, una intensa preocupación por ser observados y juzgados por otros. Esto puede llevar a la baja autoestima, hipersensibilidad a las críticas y sentimientos de vergüenza.
Si bien la ansiedad y la depresión están relacionadas con la sobreexigencia, la prevalencia de estos trastornos ha aumentado significativamente, especialmente después de la pandemia. Sin embargo, la intensidad de su impacto puede variar según la capacidad de resiliencia de una persona, es decir, su capacidad para adaptarse a diferentes demandas y circunstancias.
Identificar distorsiones cognitivas y errores de pensamiento comunes relacionados con la sobreexigencia es un primer paso para abordar el problema. Entre estas distorsiones se incluyen el filtraje (enfocarse solo en un aspecto de un evento), el pensamiento polarizado (ver las cosas de manera extremadamente positiva o negativa) y las falacias de control (creer que uno puede controlar todo a su alrededor).
Para superar la sobreexigencia, es esencial practicar la gestión emocional y establecer objetivos realistas. La educación emocional y el autocuidado son herramientas importantes para prevenir la sobrecarga laboral y mantener un equilibrio entre el éxito profesional y el bienestar personal.
A pesar de que la sobreexigencia es un desafío creciente en América Latina, la conciencia sobre la salud mental y la disposición a buscar ayuda son fundamentales para abordar este problema en la sociedad actual.
La búsqueda de un equilibrio saludable entre el éxito laboral y el bienestar personal es esencial para mantener una buena salud mental y prevenir las consecuencias negativas de la sobreexigencia. El apoyo de profesionales en salud mental y la educación emocional son herramientas clave para este proceso.