Las presiones del Kirchnerismo al Papa Francisco por el secuestro de dos curas en la dictadura

«Querían cortarme la cabeza» confesó Francisco en una conversación con jesuitas de Hungría. Habló principalmente sobre las presiones que recibió por parte del kirchnerismo durante la presidencia de Cristina, mientras ocupaba el cargo de cardenal y arzobispo de Buenos Aires.

En 2010, el actual líder religioso fue citado a declarar por el secuestro de los jesuitas Orlando Yorio Francisco Jalics, producido durante la dictadura. Durante una charla que mantuvo con jesuitas húngaros contó su historia relacionada con el caso, como fue interrogado, las presiones recibidas y su postura frente al asunto.

“Me dieron la posibilidad de elegir el lugar en el cual realizar el interrogatorio. Elegí hacerlo en el Episcopado. Duró 4 horas y 10 minutos. Uno de los jueces insistía mucho en mi modo de comportarme. Yo siempre respondí con la verdad. Pero, para mí, la única pregunta seria y bien fundada, fue la del abogado que pertenecía al Partido Comunista. Y gracias a esa pregunta las cosas se aclararon. Al final, se comprobó mi inocencia. Pero en ese juicio no se habló casi nada de Jálics, sino de otros casos de personas que habían pedido ayuda”

Los jueces responsables de este caso, correspondientes al Tribunal Oral Federal 5, fueron Daniel ObligadoGermán Castelli Ricardo Farías. Los magistrados citaron al Pontífice en calidad de testigo en el marco de una causa que investigaba crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). Cabe destacar que, él era en ese momento cardenal, y fue sospechoso porque se habría reunido con los dictadores Jorge Videla y Emilio Massera para conseguir la libertad de los jesuitas Orlando y Francisco.

Algunos en el gobierno querían cortarme la cabeza, y sacaron a relucir no tanto este asunto de Jálics, sino que pusieron en duda todo mi modo de actuar durante la dictadura. Entonces, me llamaron a juicio”

Si bien ambas víctimas del caso fueron torturadas, consiguieron su liberación después de haber sufrido el secuestro en una quinta de la Armada. En ese entonces, la duda del cardenal Francisco por la posición a la que debía adaptarse en ese momento era muy confusa, además confesó que “No estaba para nada claro qué debía hacer y yo hice lo que sentía que tenía que hacer para defenderlos, fue una situación muy dolorosa”.

En 2013, Francisco se convierte en el Obispo de Roma, la máxima autoridad de la Iglesia Católica, es así que su relación con el kirchnerismo comenzó a transformarse y tuvo un acercamiento con con Hebe de Bonafini, quien creía que Bergoglio era “una basura” e incluso impulsó la toma de la Catedral Metropolitana. Sin embargo, con el correr de los años le acercó sus disculpas y reconoció que se había equivocado.

Finalmente, es importante destacar que además de haber cambiado su relación con el gobierno de ese entonces, Bergoglio se reconcilió con el padre Jálics, quien fue su padre espiritual y confesor durante los primeros dos años de su estudio en la teología.

“Jálics vino a verme inmediatamente, y charlamos. Yo le aconsejé ir a ver a su madre a Estados Unidos. La situación era realmente demasiado incierta y confusa. Después surgió la leyenda de que había sido yo el que los había entregado para que fueran encarcelados. El mes pasado, la Conferencia Episcopal Argentina publicó dos tomos, de los tres previstos, con todos los documentos relacionados con lo que ocurrió entre la Iglesia y los militares. Ahí está todo”, señaló el papa Francisco.