Una grave denuncia ha sacudido a la comunidad de Quilmes, donde un sargento de la Policía de la provincia de Buenos Aires, identificado como Diego Adrián González, de 42 años, enfrenta acusaciones de espiar a mujeres mediante una cámara oculta instalada en un baño químico. El repudiable incidente salió a la luz el pasado 14 de noviembre, cuando una guardavidas de la Ribera de Quilmes notó comportamientos sospechosos por parte del agente.
La guardavidas decidió inspeccionar el baño químico de una garita policial cercana y descubrió una cámara oculta ubicada detrás del inodoro. Este dispositivo, operado por el sargento perteneciente a la Policía local de Quilmes, se utilizaba para espiar a las mujeres que hacían uso diario de las instalaciones.
La madre de la denunciante compartió el incidente en Facebook, detallando la secuencia de eventos. La joven, al acercarse al baño, observó al policía saliendo apresuradamente. Al verificar el inodoro, descubrió una bolsa negra con una extraña fuente de luz. Al inspeccionar más de cerca, encontró un artefacto similar a una llave de auto Citröen envuelto con cinta.
A pesar del temor de represalias, la guardavidas presentó la denuncia en la Comisaría de la Mujer y la Familia de Quilmes. Sin embargo, se reveló que previamente aconsejaron a otra persona evitar una denuncia similar para evitar futuros problemas con el agente.
Funcionarios de la Municipalidad de Quilmes y representantes del Sindicato Único de Guardavidas y Afines de la República Argentina (SUGARA) recibieron a la víctima para brindarle apoyo. La administración municipal solicitó a la Jefatura de la Policía Bonaerense la inmediata separación del efectivo denunciado, pero se decidió trasladarlo a otro lugar hasta que Asuntos Internos tome una decisión.