Reunidos en la radio Mundo Under RK, estuvimos en diálogo con Línea Ciega: una banda quilmeña de casi dos años de vida. Sus integrantes tienen personalidades diferentes e influencias musicales cambiantes, pero a la hora de crear saben claramente cuál es su mensaje: siempre defender las minorías. Nicolás Farinello en guitarra y coros, Román “El Bocha” Stabile en bajo, Pablo La Camera en voz, guitarra y teclado y Agustina Peñalba en batería.
¿Por qué “Línea Ciega”?
Pablo: Se me ocurrió en base a la idea que tenía Charly (García) del que yo soy fanático, con la máquina de hacer pájaros: una banda que tuvo. Él decía que el rock debía ser estructurado como una máquina y libre como un pájaro al mismo tiempo. Ese antagonismo tipo “rolling stone”, una piedra rodante, me sonó como si fuera una línea, algo estructural y al mismo tiempo “ciego”, o sea sin rumbo definido.
¿Cómo definen su música?
Agustina: Sería rock alternativo. Todos los temas son distintos: uno es más tirando a punk, otros más funk. El EP que sacamos, de hecho son tres temas totalmente distintos en cuanto al estilo.
Como compositores de su propia música, ¿Qué tienen en cuenta a la hora de la creación?
Pablo: Sin sonar fundamentalista u ortodoxo, creo que los guitarristas que más me gustan son los que hacen canciones más lindas. Yo aprecio más un Spinetta que compuso con la guitarra “Muchacha ojos de papel”, que alguien que ostentosamente quiere mostrar hasta qué punto puede llegar con la digitación. Entonces, si bien podría avanzar en ciertas cuestiones de “escuela”, me gusta ir descubriendo cada vez más acordes y las entrenotas que existen en cada uno de ellos para proponer algo distinto.
¿Quiénes los inspiran y desde qué lugar?
Pablo: Charly (García) primero y después el resto de los humanos (risas). Su influencia en mí fue enorme. Su espíritu combativo entre la metáfora y lo directo. Lo multifacético, como Prince o David Bowie, pero con las vivencias y desgracias argentinas: léase “dictadura militar”. Cuanto más camaleónico es un artista más me llama la atención, porque la fuente de influencia se vuelve casi inagotable. Lo divertido es que en algunas cosas concordamos y en otras no. Con Agus, ahora estamos sobre todo con la nueva camada de esta década del rock nacional: Mustafunk, Marilina Bertoldi y Utopians, con los que tuvimos la suerte de ser soporte.
Agustina: En el caso de Utopians, yo sabía que Barbi (Recanati, su cantante y guitarrista) escuchaba mucho The Cure. Andrés Vilanova, el baterista de Carajo, me gusta un montón. Voy indagando qué es lo que escuchan y de dónde aprendieron.
Entonces, ¿eligen la metáfora o mensaje directo?
Pablo: A mí me gusta la metáfora por más que ahora no sea necesaria. Es divertido que, para el que no es dirigido, también se pueda sentir tocado y se ponga analizar si está haciendo realmente bien las cosas. De todos modos se entiende en nuestros temas a quién va dirigido y a quién no.
Agustina: Las letras mías son muchísimo más simples que las de Pablo. A la hora de componer soy de lo que estoy escuchando en el momento. Por ejemplo, ahora estoy con Usted Señálemelo que son más poperos, y por ahí dos años atrás los cargaba y decía “no, eso no”. Es algo que creo hacemos todos los músicos, sino encerrarse en una no sirve de nada.
¿Cuál es el mensaje que quieren dar?
Agustina: No al FMI, uno específico (risas)
Pablo: Las canciones son siempre en contra. Por ejemplo, en contra de políticas que atacan a las minorías, en contra de las cuestiones de género. Por supuesto, siempre estamos del lado de esas minorías y batallar desde ese lugar. Quien quiera que esté en el gobierno y no tire para los de abajo, por lo menos una estrofa le vamos a dedicar para saber que no estamos de acuerdo.
Hoy por hoy, los cuatro tienen trabajos por fuera de la banda ¿Proyectan vivir de la música?
Pablo: Sí. Cuando uno está en la autogestión, mayormente lo hace para poder dejar de estarlo en un momento. No por una cuestión netamente económica, sino también para poder amplificar el mensaje. No es lo mismo no tener un mango y tener un mensaje, que tener guita y tener un mensaje. Así podés escabullirte entre los que no tenés ganas de estar, pero poder decirles en la cara todo lo que pensás. Eso, si no tenés el mango no podés ni siquiera llegar. Entonces, no es sólo subsistir.
Son una banda relativamente joven y están viviendo sus primeras experiencias tocando “afuera del garage” ¿Qué visión tienen de cómo está el ambiente musical para las bandas independientes y/o under?
Agustina: Hay lugares para tocar, pero son contados. Tuvimos la posibilidad de tocar gratis, pero el 80% te pide tener que rendir tantas entradas por tanta plata y a nosotros nos cuesta mucho, porque estamos empezando y no tenemos gente que nos va a ver siempre. Tenemos amigos pero no queremos cobrarle y a veces es imposible llegar a cubrir ese pedido.
Pablo: Quien se mueve en el camino independiente le cuesta más. Quien no tiene que preocuparse por todo eso le es más fácil llegar, que tampoco te asegura nada, pero tiene todo más acolchonado.
Agustina: Yo no reniego de eso. Creo que es un camino que tenemos que pasar. Si fuese todo al revés, para mí cae en el olvido este proceso de tocar en un lugar y se caiga la batería, que a mí me pasó. Prefiero eso que pegarla con un tema y no pasarlo. Vivo el día a día de la banda, disfruto y soy muy agradecida de dónde estamos hoy.