El Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de La Plata ha dispuesto una inspección ocular en el excentro clandestino de detención conocido como «Pozo de Quilmes» para el próximo martes 8 de agosto. La medida fue anunciada por el presidente del TOF 1, Ricardo Basílico, y tendrá lugar a las 9 en las calles Alison Bell y Garibaldi, donde funcionaba la Brigada de Investigaciones de Quilmes. En este lugar, se cometieron delitos durante la última dictadura militar, y ahora es objeto de investigación por parte del TOF 1 desde octubre de 2020, junto con otros sitios como el Pozo de Banfield, El Infierno de Lanús y la Brigada de Quilmes.
Según consta en la elevación a juicio, desde el 1° de enero de 1977, el edificio mencionado permaneció bajo la autoridad militar. Las víctimas que estuvieron alojadas allí a partir de esa fecha describieron su funcionamiento, afirmando que, aunque los encargados de las guardias seguían siendo policías, el Ejército llevaba a cabo controles y prácticas de interrogatorio.
La investigación fiscal ha revelado que miembros del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas del Ejército Uruguayo (O.C.O.A.) ingresaban al Pozo de Quilmes y trataban con un numeroso grupo de detenidos de nacionalidad uruguaya, a quienes interrogaban, entre otras cosas.
En cuanto a las condiciones de detención, las víctimas han declarado que permanecían en pésimas circunstancias: encapuchadas, con las manos atadas, y recibían alimentos de manera deficiente y humillante. Además, eran sometidas a torturas mediante la aplicación de la picana eléctrica, submarino, golpes y simulacros de fusilamiento. Asimismo, eran obligadas a escuchar el sufrimiento de otros compañeros de cautiverio. La investigación también ha revelado la perpetración de violencia sexual en este centro clandestino.
El «Pozo de Quilmes» es una de las trágicas y dolorosas memorias de la época oscura de la dictadura en Argentina, donde las violaciones a los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad dejaron una huella imborrable en la historia del país. La inspección ocular ordenada por el Tribunal es un paso importante en la búsqueda de verdad y justicia para las víctimas y sus familias, y en la lucha contra la impunidad de quienes cometieron estos horribles actos.