La plataforma que en este último tiempo consiguió alcanzar un gran número de internautas, está conformando una comunidad plagada de diversas sensaciones, entre ellas: expresiones de odio, publicaciones sin censura, opiniones inesperadas y hasta recomendaciones para visitar lugares o para poder elegir qué serie hay que ver.
Con la actualización de Twitter que arribó la extensión de caracteres y la creación de «hilos», los temas de discusión y los debates tienen aún más espacio, por lo tanto, se creó también un límite: la creación de comunidades. Es así que ahora existe algún tipo de privacidad, sin embargo, también fue alucinante la llegada de la publicación de mensajes en tiempo real, que permite que a través del sitio se pueden ubicar los temas más hablados del momento. Se dió inicio entonces, a un medidor sobre qué tanto impacto tienen ciertos títulos de series y películas.
Más de 300 millones de usuarios. Más de 65 millones de tuits al día y 800 mil peticiones de búsquedas, por lo que el aparecer en el recuadro de tendencias en Twitter garantiza notoriedad y que más gente introduzca una agenda de lo que les interesa.
Lo peligroso de estas redes sociales no solo radica en el tiempo de consumo y en la calidad de la información, sino también en la creación de una falsa realidad que acoge a quienes no se sienten cómodos con la «vida real», con las conversaciones físicas y el contacto visual, entre muchas otras sensaciones que son evitadas en lo virtual. De esta manera, la exclusión de estas personas genera una redirección de su sociabilización, es decir que se van situando en los espacios virtuales más cómodos, creando comunidades llenas de personas que comparten gustos, fantasías y debates.
Es así que esta falsa realidad crea tendencias, modas, formas de ser popular y de pertenecer a esa sociedad o comunidad con la que se sienten identificados, lo cual, agrava la difusión de diversos tipos de problemas referidos a la incomodidad con la imagen, la promoción de las operaciones (como los filtros que modifican las fotos), el abandono académico o escolar, el desarrollo de la hiperactividad, disminución en las horas del sueño y hasta enfermedades como depresión o ansiedad.
Es importante mantener una relación medida con las redes sociales, por eso, la OMS publicó un informe para la promoción de ciertas medidas que ayudan a contrarrestar esta adicción, entre ellas, la inclusión de la actividad física en la cotidianeidad de los niños, jóvenes y adultos, para quienes cuentan con una movilidad reducida se recomiendan actividades que no incluyan la tecnología, como juegos, actividades ocupacionales o talleres.