Lucía Mariño, una joven de Berazategui, se ha convertido en un ejemplo de emprendimiento y éxito al crear un alfajor vegano que ha conquistado tanto el mercado local como el internacional. A los 19 años, con una inversión inicial de tan solo $1400, esta emprendedora decidida ha logrado transformar su pasión por el veganismo en un próspero negocio que ahora exporta sus productos a Estados Unidos.
La historia de Lucía Mariño es inspiradora. A la temprana edad de 12 años, decidió adoptar un estilo de vida vegano, renunciando a consumir carne y productos de origen animal. Su madre, María del Carmen, apoyó su decisión desde el principio y juntas emprendieron un viaje que cambiaría sus vidas para siempre. En ese momento, el veganismo no estaba tan difundido como lo está hoy en día, y encontrar opciones de alimentos veganos era un desafío.
Lucía, ahora con 27 años, decidió llevar su compromiso con el veganismo al siguiente nivel al crear un producto que fuera emblemático en Argentina: el alfajor. Su visión era clara: quería veganizar un producto tan tradicional como el alfajor, pero sin utilizar ingredientes de origen animal. Con una inversión inicial de mil pesos, compró harina y chocolate para bañar los alfajores. Con el éxito de sus ventas, pudo adquirir una batidora industrial, lo que marcó el inicio de su emprendimiento.
«Nunca imaginé que mi proyecto podría crecer de esta manera. Hace diez años, el veganismo era poco conocido, y los productos veganos eran difíciles de encontrar. Luché para que se conociera y valorara esta opción de vida y alimentación», expresó Lucía Mariño.
Comenzando con la venta en las calles de Berazategui, Lucía construyó gradualmente su marca, «Un Rincón Vegano», y transformó su casa en una pequeña fábrica tras realizar las adecuaciones necesarias. Sin embargo, su éxito no se detuvo allí. Aprovechando las redes sociales y su página de Instagram (@unrinconvegano), logró expandir su negocio y llegar a una audiencia global interesada en productos veganos.
Uno de los hitos más importantes en su carrera ocurrió en mayo de este año, cuando exportó su alfajor vegano a Estados Unidos. Este logro marcó un paso significativo en la expansión internacional de su marca y su contribución a la creciente demanda global de productos veganos.
La historia de Lucía Mariño es un testimonio de perseverancia, dedicación y la creencia en una causa. Su emprendimiento no solo ha sido un éxito comercial sino también un impulso para la conciencia sobre el veganismo y la importancia de opciones de alimentos más sostenibles y éticas. Su historia es un recordatorio de que con determinación y pasión, los sueños pueden convertirse en una realidad, sin importar cuán desafiantes puedan parecer al principio.